sábado, 18 de abril de 2009

#85

Me voy a dormir con una ligera comezón en la garganta y a la mañana siguiente amanezco un poco ronco y con una leve comezón al fondo de la garganta. Hablo por teléfono con Fani durante unos minutos y de pronto siento que la comezón empieza a convertirse en la necesidad de toser, pero logro contener la tos hasta despedirme de ella. Mientras trato de ponerme las zapatillas se desata la madre de todos los ataques de tos, y antes de darme cuenta tengo los ojos llenos de lágrimas, el sudor me corre por la frente y apenas puedo respirar sin empezar a toser nuevamente. Media hora más tarde aún sigo tosiendo, aunque ya sin perder la respiración, y el sudor ahora me hace arder los ojos mientras trato de encontrar mi llave y mi billetera para poder ir al médico. Tras una larga espera jugando Asteroids en el celular, el médico me examina y dice que al parecer es una reacción alérgica, posiblemente al aire acondicionado de nuevo trabajo (similar a mis eventuales reacciones alérgicas al aire acondicionado del trabajo anterior), agravada por el hecho de haber estado durmiendo menos y saliendo de casa antes del amanecer. Descanso total durante el fin de semana, un jarabe, algunas pastillas, mucha agua y vuelva usted dentro de dos semanas. Me voy a casa con la receta y aún algo de comezón en la garganta.

Algunas horas más tarde estoy en el estudio revisando el mail y escribiendo por un par de horas, respirando tranquilo después del jarabe y las pastillas. También me siento tranquilo porque para el lunes ya voy a estar bien y posiblemente pase la semana sin más problemas. Si esto hubiera ocurrido dentro de un par de meses no habría sido muy importante, pero se convierte en un problema porque acabo de empezar a trabajar hace dos días y no quiero empezar a faltar por enfermedad tan pronto. Es decir, puedo hacerlo, pero no quiero dar la impresión de que más adelante voy a ser una carga para el trabajo. Ese siempre ha sido uno de mis mayores temores: que mis alergias interfieran con mi trabajo al punto de llegar a convertirme en una carga para mis empleadores, y que termine perdiendo algún trabajo por culpa de mis alergias. Realmente espero que eso no suceda nunca.

Por otro lado, parece ser que los planes para el fin de semana llegaron hasta aquí. Estar enfermo es una buena excusa para volver a ver Blade Runner, leer y practicar un poco con la guitarra, pero de todas formas no es reemplazo para un fin de semana que incluía salir a comer con Fani y pasar un montón de tiempo juntos después de casi no habernos visto en la semana. Lo bueno es que al ser una reacción alérgica no es algo contagioso, así que también es una buena excusa para sugerirle una tarde de películas en el sofá del estudio como hacíamos el invierno pasado, con una frazada encima y algunos bocaditos en la mesa.

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