sábado, 7 de agosto de 2010

Libros por todos lados

Cuando era pequeño, mi papá me reclamaba que leía muy poco. Lo decía porque la principal parte de mi dieta literaria consistía en comics que compraba de segunda mano en el mercado y releía mil veces. Mi consumo de comics no ha hecho sino incrementarse con el paso del tiempo, aunque mi dieta incluye también libros sin ilustraciones. Ahora papá reclama que tenemos libros por todos lados.

En mi velador hay una pila de cuatro libros, de los cuales sólo estoy leyendo uno: Grave Peril de Jim Butcher, tercera novela de la serie The Dresden Files. Los otros tres son el volumen que recopila todo Azumanga Daioh (uno de los manga más divertido que haya leído), y las primeras dos novelas de The Dresden Files. En el escritorio hay dos libros abandonados a los que de vez en cuando les doy una hojeada, pero no me animo a seguir leyéndolos. En la sala/estudio tengo High Fidelity, y el MechWarrior: Technology of Destruction (me gustan los robots gigantes), que circulan por los varios muebles, repisas y alrededores. Hasta hace una semana también estaba por ahí Neuromancer, pero la reubiqué a un rincón del estante del segundo piso junto a una docena de otras novelas y varios tomos de una enciclopedia que por ahora están uno sobre otro mientras reorganizo el estante para darles un espacio. Todo eso sin contar los comics y revistas que habitualmente pueblan los muebles del estudio, los libros de Dungeons & Dragons que a veces terminan al lado de la PC, las cajas con los libros de cocina de mamá, la media docena de libros de política en el escritorio de papá (yo no los puse ahí), y el más de medio centenar de libros apilados en la habitación de papá (esos sí los puse yo, pero porque él mismo lo pidió). Así que… sí, creo que tenemos libros por todos lados.

Por otro lado, estaba pensando en comprar un Kindle para reducir un poco la saturación en los estantes, pero eso puede tomar un tiempo. Mientras tanto, y para no perder la costumbre de apilar libros, ya he comprado algunos en formato Kindle para leerlos en la versión para PC.

Eventualmente llegaré al punto en que logre ordenar todos los libros de la casa en varios estantes… o los libros tomarán el control total y tendré que pedirles permiso para poder pasar. Hasta entonces, sigo disfrutando el poder tener libros al alcance de la mano casi todo el tiempo.

'Nuff said.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Tiempo libre, flojera y freelancing

Han pasado ya tres meses desde la última vez que escribí algo en este blog. Las cosas no han sido muy distintas para mi otro blog, aunque tengo varios borradores incompletos y que posiblemente acaben publicados aquí tarde o temprano. Quisiera decir que he estado demasiado ocupado, que he estado trabajando día y noche y no he tenido tiempo de escribir nada, pero la verdad es que tenía bastante tiempo libre cuando estaba trabajando todos los días, y más tiempo aún cuando empecé a trabajar desde casa. He sido víctima de la flojera y la no muy sana costumbre de dejar mis borradores a medias para terminarlos más tarde, luego olvidarlos por completo mientras me dedico a ver Battlestar Galactica desde el principio porque nunca la pude ver mientras estuvo en el aire (luego seguiré con House, Firefly y Dollhouse), leer noticias, escuchar media docena de álbumes nuevos y no tan nuevos, y finalmente recordar mis anotaciones al día siguiente, cuando ya no tiene sentido convertirlas en parte de algo llamado "doscientas cincuenta palabras al día". Y luego vuelta a empezar. Parece que me organizo mejor cuando tengo que trabajar.

Por cierto, trabajar desde casa es una experiencia bastante interesante. Si bien reduce la interacción directa con los compañeros de trabajo (la red permite diversas formas de interacción indirecta), tiene varias ventajas que empiezan por el no tener que preparar una lonchera, salir de casa y embarcarse en un bus destartalado. También trae libertades como pasar casi todo el día en pijama, tener acceso a todas tus cosas cuando las necesitas, y adelantar el trabajo para tener más tiempo libre para pasar con los amigos (lo que brinda un balance a la falta de interacción directa mencionada líneas arriba). Ser freelance es una versión extendida que incluye la sensación de estar de vacaciones, con eventuales días de trabajo aquí y allá. O más bien horas de trabajo si uno puede organizar bien su tiempo para terminar antes del plazo establecido, quedar bien con el cliente y disfrutar la victoria sobre el reloj. La única desventaja es que a veces se agradecería una fuente de ingresos más estable. Hasta que eso se solucione (es decir, hasta que gane lo suficiente como no tener que preocuparme), seguiré viviendo con la sensación de que las vacaciones se terminan a fin de mes.

'Nuff said.