lunes, 18 de febrero de 2008

Imaginando a Led Zeppelin

Hace un par de días estaba viendo por enésima vez las fotos del concierto de Led Zeppelin, con el Winamp encendido como siempre, y cuando escuché Immigrant song no pude evitar imaginar cómo podría ser un concierto de Led Zep en Lima.
El concierto podría ser en el Monumental o en el Nacional. El Monumental es más grande, pero resulta algo más inaccesible (para el concierto de Roger Waters tuvimos que caminar mucho más de lo que caminamos para el de Soda Stereo), aunque después del concierto sería igual de difícil conseguir un taxi. Yo me decantaría por el Nacional por la historia del recinto, la accesibilidad y el inevitable feeling, aunque fuesen menos personas.
Imaginemos que la fecha fuera un día de primavera, digamos un domingo de noviembre.
Las entradas serían algo caras (pero se trata de Zeppelin, así que no importa mucho), saldrían a la venta con al menos seis meses de anticipación, y se venderían tan rápido como las de Soda Stereo, o quizás más rápido aún. Habría que hacer colas larguísimas para conseguir una entrada, y muchas personas acamparían desde el día anterior al primer día de venta. Leyendas vivientes de la escena local y dinosaurios del rock compartirían la cola con las nuevas generaciones y no sería raro ver adolescentes haciendo la cola junto con sus padres y quizás hasta con sus abuelos. El día del concierto, la reventa alcanzaría cifras astronómicas.
Sería el caos para las radios. Supongo que sólo cinco o seis de las estaciones de radio de Lima tendrán algún material de Led Zep (América, Miraflores, Zeta y Studio 92 deben tener al menos Stairway to Heaven, D'yer Mak'er, Black Dog y Communication Breakdown, tal vez Whole Lotta Love y Kashmir... supongo que Doble 9 tendrá mucho más material), pero las demás estaciones tendrán que empezar a bajar canciones desesperadamente, arriesgándose a sufrir la ira legal de los dioses del rock. Luego vendrían los noticieros y demás "espacios periodísticos" de la tele, que al principio sólo reportarían aisladamente que Led Zeppelin viene a Lima, luego empezarían a dar noticias de la banda una vez a la semana, después harían una que otra trivia basada en Led Zep, un mes antes del concierto empezarían a hacer reseñas de la banda (los canales religiosos y los más mojigatos harían énfasis en los desmanes y excesos de las giras de la banda en los 70's... me pregunto si alguien se animaría a mencionar el incidente del bagre o lo que haya sido, o si eso sería demasiado para los medios locales), luego los poseros locales empezarían a mostrar influencias zeppelinescas por primera vez en sus vidas, e incluso criaturas tan bizarras como Davis Orozco resultarían ser seguidores de Robert Plant. Lo bueno de todo el circo sería que al menos el rock recibiría la cobetura que merece... al menos por un par de meses.
La gente empezaría a movilizarse el viernes en la noche, sobre todo los que vendrían desde provincias lejanas en interminables viajes en bus.
Led Zeppelin llegaría al Jorge Chávez el sábado por la mañana, y se hospedarían en alguno de los hoteles más caros... tal vez el Marriot. Habría una multitud esperándolos en el aeropuerto, tal vez incluso algunas señoras ya entradas en años que gustosamente hubieran sido groupies en sus buenos tiempos, y algunos señores de frentes amplias y vientres prominentes que prosiblemente tuvieron sus primeras experiencias (sexuales y de otras clases) escuchando Kashmir. Tal vez un par de poseros y figurettis del gobierno se acercarían para darles alguna condecoración por acordarse de venir al Perú siquiera una vez antes de pasar a mejor vida, quizás incluso el alcalde les entregaría la llave de la ciudad o alguno de esos pisapapeles glorificados que siempre entregan cuando alguien se acuerda que estamos en el mapa. Me imagino que aparecería por ahí un asentamiento humano llamado "Todos con Led Zeppelin" o algo parecido, y los clubes de madres los invitarían para un par de inauguraciones, aunque ni ellas tengan la menor idea de quiénes sean esos gringos viejos, ni ellos tengan la menor idea de quiénes sean esas señoras que cocinan en el arenal. Por la tarde y en la noche, la gente se atrincheraría frente al hotel para poder verlos aunque sea un poco más de cerca y poder tomar una foto que luego podría valer una pequeña fortuna. Imagino que habría docenas de vendedores de parafernalia: binoculares, viseras, gorras, fotos, stickers, parches, pulseras, bandanas, camisetas, calzones, preservativos, sabe Dios qué más. Sería también un buen negocio para los vendedores de refrescos y golosinas. Los que la tendrían difícil serían serenazgo y la policía.
El tailgating sería espectacular. Cuando vino Sepultura en el 2004 (vuelven este año), los headbangers hacíamos la fila reunidos en pequeños grupos alrededor de un par de botellas de ron. Cuando vino Roger Waters la gente llegaba a la cola con paquetes de comida y six-packs de cerveza. Para Soda Stereo la gente llegaba en grupos de hasta 10 o 15 personas con cajas de comida compradas en los alrededores y latas de cerveza. Para Led Zeppelin, la gente llegaría desde la mañana (sin contar a los que acamparían en los alrededores) en grupos pequeños que se unirían en grupos más grandes alrededor de una parrilla que luego se guardaría en la maletera, con cajas de cerveza y álbumes de Led Zep a todo volumen en los altavoces de sus autos.
No he pensado aún en cuál sería el setlist de semejante evento, pero imagino que incluirían Black Dog, Good Times, Immigrant Song, Daze and Confused, Communication Breakdown y Whole Lotta Love, y tocarían alrededor de unas 20 canciones, además de un par de encores coreados por unas 50,000 personas, muchas de las cuales, literalmente, habrían pasado la vida entera con la esperanza de ver a Led Zeppelin en vivo.

Ahora, si todo eso se volviera realidad...

'Nuff Said.

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