El domingo pasado me propuse escribir en este blog todos los días costase lo que costase, aunque tuviera que dormir apenas un par de horas diarias (después de todo siempre puedo aprovechar para dormir un rato en la oficina cuando las cosas se ponen lentas). Y realmente tenía toda la intención de hacerlo, incluso empecé a llevar conmigo un cuaderno para hacer los borradores en la oficina y en el carro. El martes por la noche me sentí bastante cansado y pensé irme a dormir y simplemente dar el posteo como perdido y olvidar el asunto hasta la noche del miércoles. Mi cuerpo no pensó lo mismo.
En la madrugada del miércoles empecé a sentirme realmente mal, una de esas situaciones en que el estómago se declara en huelga y el mundo se pone de cabeza hasta nuevo aviso. Después de una inyección y una serie de pastillas me sentía mejor, pero apenas podía mantenerme consciente. Una de las pastillas era un relajante para ayudar a estabilizar mi sistema, lo cual es bastante bueno, pero la sensación de adormecimiento no es tan bienvenida cuando quieres hacer otras cosas además de dormir. Así he pasado los últimos días, y por eso no he podido escribir nada aquí ni en ningún otro lugar.
Por cierto, Windows se había declarado en huelga el lunes por la noche y me vi obligado a instalar Ubuntu para poder hacer un backup de Alexiel. Ayer por la tarde, después de varios intentos cautelosos, finalmente he logrado instalar Ubuntu al lado de Windows y parecen estarse llevando bien. Esperamos que sigan así.
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