A veces no tengo ganas de nada.
Ni de ver tv ni de leer ni de escribir ni de jugar ni de comer ni de salir ni de dormir. Ni de explicar por qué no tengo ganas de hacer nada.
So there's that.
A veces no tengo ganas de nada.
Ni de ver tv ni de leer ni de escribir ni de jugar ni de comer ni de salir ni de dormir. Ni de explicar por qué no tengo ganas de hacer nada.
So there's that.
Me quedo dormido viendo Strange Days y cuando despierto la película ya terminó, la pantalla del televisor está oscura y el decodificador del cable está actualizándose. Por un momento no estoy seguro de dónde estoy y lo único que me orienta es el parpadeo incesante de las luces del decodificador y el switch. Me invade la sensación surreal de haber despertado en algún universo cyberpunk, casi a la espera de que aparezca algún mensaje en la pantalla del televisor. Un par de bips parecen confirmarlo, hasta que reconozco la notificación en el celular y me ubico nuevamente en la realidad.
Debo haber dormido al menos dos horas. Ahora, ¿en qué parte de la película me quedé?