Acabo de darme cuenta que esa ha sido la primera publicación en este blog en un año y medio, y el otro blog ya se acerca al año y medio abandonado (y por alguna razón TwitterFeed ya no funciona bien para rebotar las publicaciones a Facebook y ahora tengo que usar RSS Graffiti, pero en fin). Habrá que darles un poco más de uso, o al menos hacer el intento.
Aaaaaany day now.
Lo leí en mi teléfono mientras caminaba desde mi cama hasta la cocina para encender la cafetera para luego ducharme, vestirme, desayunar y esperar el partido de Alemania (que, por cierto, seguí con los comentarios del mismo Warren Ellis y centenares de otros desconocidos en Twitter). La radiación de fondo de las redes sociales, escribir este post mientras me tomo un respiro en un proyecto al que me llamaron mediante un mensaje instantáneo, compartir una canción que no escuchaba hace tiempo, el email automático avisándome que ese libro que quiero está en oferta (aunque no puedo pagar los gastos de envío). Esa interacción casi incesante que ahora es inherente a la vida, es, para mi, "la cosa" a la que se refería Ellis.
Habrá una cosa que hagas hoy que hubiese sido difícil o imposible hace veinte años, imposible o inimaginable hace cuarenta años, e inimaginable o descrita a medias en una edición de tapa blanda de ciencia ficción hace sesenta años. Búscala. Cuando la encuentres, piensa en ella por un minuto. ¿Cuándo llegó? ¿Notaste cuando recién apareció en el mundo? Dentro de veinte años, ¿estará presente, rota, o será tan irrelevante que pensarás en ella con nostalgia?
Este mensaje llega a ti mientras, soñoliento, empujo un disco de café en una máquina Tassimo. Buenos días, computadora.
